INSTITUCIONES Y ESPACIOS COMUNITARIOS DEL BAJO FLORES

La historia reciente del Bajo Flores se encuentra íntimamente ligada a la de sus Instituciones y espacios comunitarios. Son una parte indisociable de la historia de cómo se fue formando, consolidando y creciendo el Bajo Flores. La génesis de la mayoría de estos espacios tienen un denominador común: la ausencia del estado que da lugar a la organización vecinal. Como sabemos, el Bajo Flores ha sido marginado (con pequeñas excepciones) de las decisiones e intervenciones gubernamentales desde que se constituyó como barrio en sí mismo. Desde los intentos de "erradicación" de los militares hasta la actualidad prácticamente no forma parte del ámbito geográfico de acción gubernamental de ningún tipo. Esto históricamente da y dio lugar a que los propios vecinos y vecinas tuvieran que resolver problemas que -en general- son responsabilidad del propio estado (infraestructura, provisión de servicios básicos, seguridad, salud, etc). Es por esto que los vecinos de Bajo Flores tenemos una enorme ventaja frente a los vecinos de otros barrios: nos podemos organizar comunitariamente para resolver casi cualquier tipo de problema. Esto ocurrió y ocurre, no sin inconvenientes, en casi todos los aspectos.

Frente al problema del hambre surgen los comedores comunitarios. Frente a la falta de espacios de contención y juego para niños surgen sitios en los que se brinda apoyo para los más pequeños. Frente a la falta de presencia de espacios de salud, los vecinos se organizan reclaman y consiguen la salita. Frente a la falta de oferta educativa para adolescentes, el barrio se organiza y exige a las autoridades la apertura de una escuela secundaria.

Los espacios comunitarios e instituciones barriales son una parte fundamental en la vida de quienes vivimos y transitamos el Bajo Flores. Es por ellos y a través de ellos que los vecinos comienzan a organizarse para garantizarse derechos básicos como el acceso a la salud, a la educación, al deporte, al ocio y a la seguridad alimentaria. Es a través de ellos que miles de vecinos juegan, se divierten, realizan actividades culturales, aprenden oficios, comen, se curan y estudian.

Los que vivimos y atravesamos el Bajo Flores hemos asistido a los cursos de formación en COOPA, recurrimos al Cesac 20 (o algún otro CeSAC) para ser atendidos, participamos de los talleres artísticos del Barrio Rivadavia, asistimos a la Fogata de San Juan organizada por el EMN N°3, tomamos la comunión en Madre del Pueblo con el Padre Gustavo, Pedro o Martín y comimos en alguno de los comedores comunitarios del Bajo Flores y paseamos por la Feria de Bonorino los domingos. Allí se encuentra la esencia de nuestro querido barrio.

Ésta es una parte central de la historia del Bajo Flores. Aquí algunas placas de lo que fueron, de lo que son y lo que serán los motores del Bajo.

Parroquia Madre del Pueblo

Afiches históricos de la Parroquia Madre del Pueblo

Fotos en blanco y negro de la construcción de la Parroquia Madre del Pueblo hecha integramente por vecinos del barrio. En las mismas se puede apreciar la estructura que actualmente mantiene. Más abajo fotos del Padre Rodolfo Ricciardelli dando misa.

Madre del Pueblo, un lugar emblemático y central en la vida del Bajo Flores.

La Parroquia Santa María Madre del Pueblo fue uno de los pocos "edificios" que sobrevivió a todos los planes de erradicación de Villas llevados adelante por los gobiernos militares en los 60 y 70. Desde allí el Padre Rodolfo Ricciardelli, Jorge Vernazza, Ernesto Narcisi, el Padre Adolfo, el Padre Gustavo, el Padre Pedro y tantos otros otras levantaron una parroquia que fue y es refugio espiritual de miles, que abraza a todos y todas desde una mirada humana. Lo que supo ser una parroquia ubicada en la Avenida del Justicialismo (así se llamaba la Av Perito Moreno) ahora cuenta también con un Club, una escuela con los tres niveles, un Hogar de Cristo, actividades culturales, escuela de oficios, comedor comunitario, oficinas de distintas dependencias del Estado para asesorar a los vecinos y vecinas. Además de esta parroquia el Barrio cuenta actualmente con otras capillas en otros sectores del barrio como San Francisco (Bonorino y Castañares), Itatí (Manzana 13), Copacabana (en B° Charrúa), San Antonio (Manzana 31). Además existen otros sitios vinculados a Madre del Pueblo como el Madre Teresa de Calculta en el B° Rivadavia, la Parroquia San Juan Bautista en Camilo Torres y Riestra.

http://www.madredelpueblo.org/

Foto del inicio del Ministerio Pastoral del Padre Martín Durán (actual Párroco de la Parroquia Madre del Pueblo) de enero del 2025. La ceremonia fue conducida por el Arzobispo Monseñor Jorge Ignacio García Cuerva y el Obispo Auxiliar (Pedro Cannavó) frente a cientos de feligreses del Bajo Flores y barrios aledaños.

El Párroco Martín Durán cumple su tarea junto al Vicario Padre Joaquín (conocido como Coco) y junto a el Padre Eduardo. Dos personas sumamente querida por la comunidad bajoflorense.

La Cooperativa de Vivienda y Consumo Madre del Pueblo

A fines de la década de 1970, en pleno proceso de erradicación de las villas de emergencia de Buenos Aires, nació en el Bajo Flores una experiencia que marcaría la historia del barrio: la Cooperativa de Vivienda y Consumo Madre del Pueblo. Su creación fue impulsada, principalmente, por los sacerdotes Rodolfo Ricciardelli y Jorge Vernazza quienes estaban convencidos de que la organización popular y comunitaria podía ser un vehículo para sobrellevar y superar el destierro que la dictadura cívico militar había impuesto sobre cientos de familias que fueron expulsadas del Bajo Flores (y otras villas porteñas) y llevadas a la Provincia de Buenos Aires sin ninguna solución habitacional. Para ello, Ricciardelli y Verzazza, constituyeron una cooperativa de vivienda cuyo objetivo fue el poder garantizar el derecho a una vivienda digna de los vecinos expulsados de la Ciudad.

En septiembre de 1978 la cooperativa se constituyó legalmente, y al mes siguiente los vecinos comenzaron a aportar sus cuotas. En febrero de 1979, gracias al esfuerzo colectivo, se logró comprar el primer terreno, y a partir de mayo de ese año se iniciaron las obras. En un contexto difícil, marcado por la dictadura militar y por políticas que buscaban expulsar a las familias de las villas, la cooperativa surgió como una respuesta solidaria y autogestionada frente a la exclusión que imperaba.

El proyecto se basó en la autoconstrucción: los socios no solo aportaban dinero, sino también su trabajo y tiempo en la construcción de sus propias viviendas. Retomando la experiencia de los cursos de carpintería que daba el propio Vernazza , la cooperativa se dedicó -principalmente- a la construcción de viviendas en Merlo, González Catán, San Justo y Pontevedra. Llegaron a construirse más de 2000 casas en seis barrios del conurbano para las familias que eran obligadas a abandonar las villas por las topadoras de la dictadura.

Uno de los logros más importantes fue, incluso, la creación de barrios enteros como por ejemplo: el Barrio Luján. El mismo fue levantado íntegramente por sus habitantes. Las familias trabajaban juntas en la instalación de servicios básicos, el loteo y la edificación. Las reglas internas premiaban la participación: quienes más se involucraban en las tareas podían elegir primero su terreno. Todo se hacía de manera transparente y la toma de decisiones era colectiva dando forma a una verdadera comunidad organizada.

El papel de Ricciardelli y Vernazza fue fundamental. Desde la Parroquia Santa María Madre del Pueblo resistieron junto a los vecinos las topadoras y los desalojos. Pero de las 5600 casillas que existían en Bajo Flores solamente quedaron de pie 30 y la Capilla. Fueron ellos los que lograron transformar la violencia de la dictadura en esperanza y en organización. Ambos sacerdotes compartían la vida del barrio y creían que el Evangelio debía traducirse en acciones concretas: trabajo, solidaridad y justicia social. Su liderazgo dejó una huella profunda no solo en la cooperativa, sino en todo el Bajo Flores.

Con el paso del tiempo, la Cooperativa Madre del Pueblo se transformó en un símbolo de lucha y organización comunitaria. Representa una de las primeras experiencias de autogestión habitacional en las villas de la Ciudad de Buenos Aires y una prueba viva de que, incluso en los momentos más adversos, la unión de los vecinos puede abrir caminos de transformación y dignidad. Su historia forma parte esencial de la identidad del Bajo Flores.

Recomendamos fuertemente la siguiente nota de Página 12 sobre esta maravillosa página de nuestra historia: https://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-5333-2002-05-20.html

Club Atlético Madre el Pueblo (CAMP)

El Club Atlético Madre del Pueblo (CAMP) es el Club que surge de la Parroquia Santa María Madre del Pueblo y nace en el 2012. Se trata del primer club legalmente constituido dentro de una Villa en la Ciudad de Buenos Aires.

Actualmente cuenta con una enorme cantidad de actividades y disciplinas deportivas: fútbol, patín, taekwondo, hockey, futsal, básquet, vóley, handball, ajedrez. Pero también desde el CAMP se llevan adelante las actividades culturales de la Parroquia: teatro, zumba, folklore argentino, danzas bolivianas, artes visuales, danza y percusión afro peruanas, acrobacia.

Como si fuera poco el Club también cuenta con un área social que contiene un área de asistencia social un área vinculada a la discapacidad y un área vinculada a la salud. Un verdadero ejemplo de construcción comunitaria enmarcada en las "3C" (Club, Capilla, Colegio) que predican los Curas Villeros hace ya años en los barrios populares. Para más información sobre las "3C" recomendamos ver el video del Padre Gustavo Carrara: https://www.youtube.com/watch?v=lzWEsj7Hz1Q&t=4

Sedes del CAMP: Madre del Pueblo (Manzana 3, Casa 1), San Francisco (Bonorino y Castañares), Itatí (Manzana 13, Casa 83), Copacabana (Charrúa e Itaquí), San Antonio (Manzana 31, Casa 31).

Para más info: http://www.madredelpueblo.org/institucional.html

Debajo: fotos de actividades del club y de visitas iluestres como las de David Beckham, Luciana Aymar o la Tigresa Acuña.

Hogar de Cristo

Bajo la consigna "La vida como viene" nacen los Hogares de Cristo hace unos años en la hermana Villa 21.24 de Barracas. Nacen como una respuesta comunitaria al flagelo del consumo problemático que recrudece en los barrios populares con la aparición de la "pasta base" y el "paco". Ante esto los Curas Villeros Pepe di Paola, Toto de Vedia y Charly organizan el primer Hogar de Cristo como dispositivo terapéutico de acompañamiento a personas transitando adicciones. En la actualidad los Hogares de Cristo cuentan con 140 centros barriales en 19 de las 23 provincias. Seis de los cuales se encuentran en nuestro querido Bajo Flores y sus inmediaciones. El Hogar Santa María, el Centro Barrial Don Bosco, Centro Angelleli, Centro Niños Felices, Centro Barrial San Francisco y Casa Animí (https://hogardecristo.org.ar/centrosbarriales/mapa/)

Cada uno de ellos aborda distintas problemáticas. Desde las enfermedades como la tuberculosis o el VIH, el acompañamiento a las familias de las personas con consumo problemáticos, hogares para mujeres con niños, casas para personas trans. Hogares de Cristo se hace presente allí donde el Estado local y nacional carecen de herramientas barriales para abordar una problemática que cada vez afecta a más personas.

Los Hogares de Cristo cuentan con sitios para tratamientos ambulatorios y también con espacios donde los que asisten pueden comer, dormir y bañarse mientras que realizan el tratamiento terapéutico para dejar las drogas.

Cesac N° 20

La historia del CESAC N° 20 resume -casi de manera perfecta- la historia de lucha de todo un barrio por querer vivir mejor. Se trata de una metáfora precisa del espíritu de lucha del Bajo Flores. Ese mismo espíritu que hace que el barrio se defienda cada vez que pretenden tratarlo como un barrio de segunda o seguir marginándolo de las decisiones gubernamentales.

El Cesac N° 20, contado por Aldo Pagliari, es la resultante de la lucha de los vecinos por contar con una salita de atención primaria dentro del barrio ante la lejanía geográfica del Hospital Piñero.

Si bien su nuevo edificio fue inaugurado a fines del 2004, el Cesac N° 20 cuenta con ya con muchos años de historia. Nace como una necesidad de los propios vecinos del Bajo Flores de contar con un espacio de atención dentro del Bajo Flores ya que cuando tenían algún problema de salud, los habitantes del Bajo Flores debíamos ir caminando al hospital Piñero (porque no existía el transporte público) y era imposible llegar al Hospital cuando llovía porque buena parte del barrio se inundaba.

Fue así como vecinos y vecinas se organizaron para convocar enfermeros, estudiantes de medicina, médicos y otros profesionales para que empezarán a ir a atender -de manera informal- a vecinos en las manzanas que dan a la Av Perito Moreno. Se realizaron marchas y reclamos bajo el lema "los pobres tenemos derecho a la salud" (VER FOTO DEBAJO) para conseguir la salita, insumos y personal capacitado para atender en ella. Si bien la salita comenzó a funcionar a mediados de los años 90´, las instalaciones aún eran precarias y contaban con pocos insumos. Para comienzos del 2000 tenían más de 7.000 consultas anuales. Ello dió el pie para que durante el Gobierno de Aníbal Ibarra (año 2004) se le otorgara al Cesac N° 20 el edificio en el que actualmente funciona (Ana María Janer y Charrúa) y se le anexara un CAF. El espacio contó originalmente con 10 consultorios y desde sus comienzos estuvo dirigido por Aldo Pagliari, quien en la actualidad, continúa desarrollando la tarea de Director del Cesac. Luego el edificio sufrió remodelaciones y ampliaciones. Se incorporaron profesionales de varias ramas y hoy funciona de manera ejemplar. El Cesac 20 es uno de los pilares fundamentales del Barrio Ricciardelli y del Barrio Illia e Illia 2.

Este fue el primer Cesac de todo el barrio. Luego le siguieron otros: el Cesac 31 de Barrio Illia, el Cesac 19 de Cobo y Curapaligue, Cesac 40 (Bonorino y Castañares) y el recientemente inaugurado Cesac 48 (Av Perito Moreno y Cruz).

Agradecemos profundamente los aportes realizados por Aldo y Lore del Cesac 20 al Archivo de la Memoria del Bajo Flores.

Fotos de la antigua salita ubicada sobre la Av Perito Moreno en la Manzana 7 del Barrio Ricciardelli (ex Villa 1 11 14). Fotos cedidas por el personal del Cesac 20.

Fotos de las protestas y pintadas en el barrio exigiendo la apertura de una salita más grande y con más equipamiento. Fotos cedidas por el equipo del Cesac 20

Fotos de los vecinos reclamando por la construcción de una salita. De fondo la frase contundente: "Los pobres tenemos derecho a la salud".

Sobre la Av Perito Moreno, pintada de blanca, la primer salita del barrio. Producto de la lucha de los vecinos que se organizaron comunitariamente para reclamar la existencia de una salita. Foto de fines de años 90´.  Fotos cedidas por el equipo del Cesac 20.

Ya con un cartel con letras negras el CESAC 20 en pleno funcionamiento en su primera ubicación en la Av Perito Moreno. Foto de fines de años 90´.  Fotos cedidas por el equipo del Cesac 20.

Fotos de festejos y celebraciones para niños realizados desde el CESAC 20. También fotos de las primeras instalaciones. El Cesac 20 siempre estuvo bajo el área programática del hospital Piñero. Foto de fines de años 90´.  Fotos cedidas por el equipo del Cesac 20.

Un joven Aldo Pagliari pone una vela sobre una torta en uno de los tantos festejos organizados desde el CESAC 20. Aquí ya se pueden apreciar algunas fotos de las nuevas instalaciones del CESAC (a partir del 2004) en la intersección de Ana María Janer y charrúa.  Fotos cedidas por el equipo del Cesac 20.

Obras de teatro, juegos y actividades para niños organizadas por el CESAC 20 y sus equipos interdisciplinarios. Un verdadero ejemplo de compromiso y trabajo. El Cesac 20 es una de las instituciones cardinales de todo el Bajo Flores. Fotos cedidas por el equipo del Cesac 20.

Fotos más recientes del CESAC 20. Incluso algunas durante la pandemia mundial de SARS COV-2 (Covid) del año 2020 en el que se trabajó arduamente en un barrio severamente castigado por el virus COVID.

COOPA

La historia de cómo surgió COOPA (Por Antonio Kriado)

Luego de la vuelta de la democracia (1989) el incansable militante politico y social Gregorio "goyo" Levenson, junto a Miguel Ramondetti, Oscar Galante, Manuel Maglisino Y Antonio Kriado deciden armar un proyecto para presentar ante la Municipalidad de Buenos Aires para trabajar con jóvenes de los barrios del sur de la Ciudad con dificultades para terminar la escuela e insertarse en el mercado laboral. Veían la necesidad de vincular educación con trabajo y con la producción en función de las necesidades sociales imperantes. Se propusieron enseñar oficios para generar saber. Es así que el 6 de diciembre de 1989 nace COOPA en el corazón del Barrio Rivadavia I. Un cooperativa de enseñanza de oficios que a su vez pretendía difundir valores de solidaridad y fraternidad. Al principio solo contaba con 2 aulas y un patio y en la actualidad tiene 6 aulas, SUM, comedor. Hoy ex alumnos de COOPA son los que dan los talleres y se hacen cargo de la parte administrativa de COOPA. Allí funciona hace años también el proyecto adolescencia de la mano de la gran Lore Fernández.

COOPA en la Actualidad (por Sandra y Daniel Quiroz): Coopa es un espacio para adolescentes y preadolescentes, en el cual a través de distintas actividades se trabaja la Promoción de Derechos, la Formación en Oficios, La Orientación Laboral, La Recreación y el Deporte y la expresión a través de la lectura y la Escritura. COOPA busca promover la pertenencia de los y las chicas, donde se puedan referenciar y construir sus identidades a partir de una experiencia colectiva. En la actualidad también funciona un Cens por la tarde donde l@s mayores de 18 años pueden ir a hacer o terminar la Secundaria., un Centro Educativo de Primaria para adolescentes y adultos, talleres Adolescentes Bajo Flores tiene cursos de Música y Herrería. Y también hay clases de Taekwondo.

Alguna vez el gran Eugenio Perrone definió a COOPA de la siguiente manera: "Coopa es un fogón en la noche del bajo donde se encuentran los que no quieren perderse y donde se habla lo que no debe olvidarse".

Video de COOPA en Youtube

La Hormiguita Viajera

LA HORMIGUITA
LA HORMIGUITA

Este CPI, conocido como La hormiguita viajera, tiene una larga trayectoria en el barrio. Sus inicios se remontan a comienzos de los años noventa, cuando funcionaba como una pequeña guardería comunitaria en condiciones precarias. Atendía alrededor de treinta niñas y niños de hasta cinco años, sin recursos económicos estables ni salarios para quienes sostenían el espacio. El único apoyo estatal era la entrega de alimentos, escasos y de mala calidad. No existía un equipo profesional: solo personas del barrio que se acercaban voluntariamente para ayudar.

El entorno también era muy distinto. El barrio estaba formado mayormente por casas de chapa, todas de planta baja, rodeadas de zanjas, barro y calles difíciles de transitar. Los servicios básicos eran insuficientes y solo había dos centros de salud cercanos, pequeños y saturados de pacientes. La vida cotidiana estaba atravesada por condiciones de extrema vulnerabilidad social, pero con una gran labor comunitaria.

A lo largo de dos décadas, gracias al esfuerzo constante de la comunidad, en 2011 logró convertirse formalmente en un Centro de Primera Infancia, lo que permitió visibilizar su trabajo y acceder a mejores recursos. Con el tiempo, cada sala pasó a contar con docentes formadas y auxiliares que conocen profundamente la vida del barrio. El CPI sumó además un equipo técnico interdisciplinario, integrado por profesionales de la salud, la educación y el acompañamiento psicosocial. En los últimos años se incorporaron capacitaciones oficiales que fortalecen la labor pedagógica, especialmente necesaria en un contexto donde conviven familias de distintas procedencias, costumbres, lenguas e historias.

Las fotos que acercó la "Pelu" de Hormiguita Viajera dan cuenta de otro tiempo en el barrio. En las placas se puede apreciar el Poli que ya no esta (estaba donde ahora esta emplazado parte del Barrio Illia 2). Se pueden ver partidos en una canchitas en la que jugamos muchos cuando eramos más pibes. De fondo se ve el "Nuevo Gasómetro" que fue construido para ser la localía del Club San Lorenzo de Almagro a mediados de los años 90.

Las casas, muchas aún de madera, ofician de fondo de la izada de la bandera argentina. Las chicas actúan en obras de teatro disfrazadas de quien sabe qué.

Estas fotos son pinceladas de un Bajo Flores que ya no está. Pero que sigue estando en nuestros corazones y memoria. Las fotos de la Pelu nos traen lindos recuerdos de esos años en los que se podía ver la Av Perito Moreno, de excursiones a sitios, de sonrisas imborrables.

Ya pasó la erradicación y el Bajo Flores comienza lentamente a repoblarse, a llenarse de nuestras historias de amor, de desamor, de desarraigos, de llegadas y de partidas. Bajo Flores cuánto tenés aún por contar...

Gracias Pelu por ponerle imágen a toda una época. Los duros años 90. Mientras el barrio crecía y se iba extendiendo la red de agua, la de electricidad, se daban luchas por más salitas de salud, escuelas el país entraba en un período de entrega de soberanía y ajuste féroz. Era el preludio del desempleo masivo, la precarización de las condiciones laborales y un estallido social que se daría en 2001 recién. El Bajo Flores, como nuestro país, nuevamente se levantaría y vendrían nuevos buenos vientos del Sur.

EMEN 3

INICIOS DE LA ESCUELA EEM °3 DEL 19 - CARLOS GENISO (conocida como EMEN 3).

Testimonios extraídos de charla con Eugenio Perrone (primer director de la escuela EMEN 3)

Era el año 1995 y Eugenio Perrone estaba sin trabajo. De repente recibe una llamada de Alberto Sileoni (actual Ministro de Educación de PBA y ex Ministro de Educación de la Nación) que le dice “Vamos a abrir una escuela en Bajo Flores, ¿Te animas a ser el Director”?.

Con temor, Eugenio Perrone aceptó. No tenía idea de que ese momento iría cambiar su vida ( y la de muchos otros) para siempre.

La primera vez que Eugenio visitó la Escuela Emen 3 apenas se veía la estructura de lo que luego sería el edificio. Estaba “el esqueleto”, dice Eugenio. Con el paso de los meses fueron cerrando las partes, crearon cuatro aulas, tres en plata bajo y una en un primer piso y “así empezamos” relata -emocionado- Eugenio Perrone.

La escuela había sido un reclamo de toda la comunidad del Bajo Flores pues escaseaba la oferta académica en el barrio y, entonces, un terreno baldío que existía sobre Agustín de Vedia fue tomado por los vecinos que reclamaron a las autoridades gubernamentales la construcción de una escuela secundaria.

“La primera inscripción (recuerda Perrone) fue en la puerta de la escuela. Había un portero, un sereno (armado) que cuidaba el establecimiento de noche”. Se anotaron 140 chicos para los cuatro cursos de primer año. Dos a la mañana y dos a la tarde, así empezamos.” Las clases arrancaron en abril de 1996. Tarde pero seguro. Con 140 alumnos y 2 meses de retraso arrancaba la primera escuela secundaria del Bajo Flores. Se trataba de un modelo pedagógico pensando desde el sur y para el sur de la ciudad. Una escuela de cara al barrio que contemplara las complejidades de las vidas del sur de la Ciudad. Estas escuelas proliferaron en los barrios populares de la Ciudad de la mano de enormes figuras pedagógicas como Norma Colombatto y el propio Eugenio Perrone.

“El proyecto de ese edificio era jardín y primaria. No era secundaria. Fueron los propios vecinos lo convirtieron en secundaria. O sea, hicieron el pedido y el gobierno respondió, dijo que sí”.

Ni bien asumió la dirección de la Escuela, Eugenio fue a visitar a los curas del barrio. Allí conoció a Ricciardelli y a Narcisi y como él mismo dice “una vez que los conocí, no me despegué más”. Los curas guiaron a Eugenio y le presentaron a los otros actores importantes con trabajo comunitario en el barrio: A Ninoska de Niños Felices por ejemplo y a Aldo (que también había llegado hace poco al Bajo Flores).

“Al principio hubo que movilizar varias veces a la municipalidad por cosas que necesitábamos” dice Perrone. Las organizaban los padres de la cooperadora y Niños Felices siempre ayudaba. “Cortábamos Av Rivadavia -recuerda Perrone- y en una ocasión una alumna (Cinthia Cari) le preguntó a los funcionarios ”Para nosotros computadoras no, porque somos villeros, ¿no? “. Palabras que dejan mudos a cualquiera.

La escuela fue un gran lugar de aprendizaje para Eugenio Perrone. “Como que nos íbamos midiendo. Nosotros a los pibes, los pibes a nosotros, ¿no? Qué se banca, qué no se banca, cómo se puede hablar, de qué manera no hay que hablar, no sé. Era aprendizaje mutuo, fuerte.” “Recuerdo a un alumno “Cartún”. Un pibe con muchas inquietudes. El me ubicó en el barrio y me enseñó muchas cosas.”

La escuela al principio estaba sobre Chilavert (en lo que hoy se encuentra el jardín) y luego se fue expandiendo. “En un momento nos planteamos la necesidad de que la escuela tuviera una guardería o jardín de infantes propio por la cantidad de alumnas que venían con sus bebes y eso también se logró y eso fue un paso importante” dice Eugenio.

Eugenio pasó nueve años de su vida como director del Emen. Desde el 96 hasta el 2005. En el medio existió la visita del único Presidente en ejercicio en visitar la ENM N 3 que fue Néstor Kirchner (foto). “Fueron años intensos de mi vida. Lo que me impactó mucho fue la muerte de pibes que venían a la escuela. Pibes del barrio. Eran pibes con polenta, brillantes en muchos casos, con ambición. Fue tremendo eso. Eran pibes que tenían un gran futuro.

En 2005 Eugenio emigró a otro destino (siempre en el marco de la educación) porque vio que “todo el proceso de armado de la escuela, terminar la construcción, fue todo un proceso en sí mismo que ya estaba terminado. Entonces ya era hora de hacer otra cosa.”


Eugenio recuerda estos años con muchísima emoción. El barrio lo recuerda a él de la misma manera. Nadie olvida los festivales por la vida que organizaron junto a docentes y alumnos en el EMEN, las caminatas de Eugenio por el barrio con el megáfono por las casas de los pibes que la policía había asesinado. Eugenio Perrone desde Bajo Flores solo queda agradecerte por todos los años que dedicaste tu vida y más a hacer del bajo un mejor lugar. Gracias por dejarnos enseñarte y enseñarnos.

Acto en el EMEN 3 a un año de la partida de Néstor Kirchner (que visitó el EMEN en 2003). Del acto participaron las autoridades de la escuela y Tito Nenna, Loreno Pokoik, Carlos Tomada, Alberto Sileoni, Quito Aragón y Juan Carlos "Canca" Dante Gullo (entre otros)

Fotos de la histórica visita de Néstor Kirchner al EMEN. Único presidente en ejercicio en visitar el EMEN y el Bajo Flores. Su visita fue retratada en un documental (que se puede ver en el Archivo de la Memoria del Bajo Flores) elaborado por militantes de La Cámpora del Bajo Flores.

Fotos de la presentación del libro "Bajo Flores" de Eugenio Perrone (año 2024). Se trata de un libro que relata -centralmente- varias anécdotas, reflexiones y experiencias vividas por Eugenio durante sus 9 años como Director de la Escuela Carlos Geniso (Emen 3). Lectura totalmente recomendable. De la presentación participó el Cura Domingo Bresci (íntimo amigo de Ricciardelli).

ESCUELA INFANTIL N°6 DE 19

Centro cultural Barrio Rivadavia

Allá por el año 1984 cuando transitábamos los primeros tiempos de la recuperación democrática irrumpieron en escena un puñado de Centros Culturales en la Capital Federal.

Estos espacios formaban parte del Programa Cultural en Barrios perteneciente a la Secretaria de Cultura Capitalina y la misma estaba a cargo de Pacho O'donell.

Dicho formato cultural era una experiencia extraída de España, que tenía una gran aceptación de parte del pueblo español

Los Centros Culturales barriales nacieron con el desafío de generar verdaderos espacios de participación, con el agregado de ser libres y gratuitos

Así fue que año tras año, se fueron sumando sedes en diferentes lugares y barrios de la Ciudad. En nuestro caso particular, en 1985 comenzamos a funcionar en Barrio Rivadavia.

En la actualidad y a pesar de muchas idas y vueltas, el Programa Cultural en Barrios continúa vigente y cuenta con más de 35 lugares de funcionamiento, siendo Barrio Rivadavia uno de los espacios mencionados

Escrito por: "El Oso" del CC B Rivadavia.

Arriba se pueden apreciar varias fotos provistas por "el Oso" del Centro Cultural del Barrio Rivadavia en la que se pueden ver los festivales, las ferias, los juegos, las muestras, los recitales organizados a lo largo de estos años por el CC del Barrio Rivadavia. Verdaderas reliquias. Gracias Oso por el apoyo y las fotos!!!

MATE COCIDO

La historia de Mate Cosido esta intrínsecamente ligada a la historia del Frente Barrial 19 de Diciembre. Se trata de una agrupación política territorial que nace al calor de los años 90. En un contexto de aumento de pobreza, de precarización laboral, de privatizaciones comienzan a nacer espacios de contención a la población que iba perdiendo el trabajo y sus ingresos.

Nacen así los movimientos de desocupados que empiezan a organizar la demanda de los sectores excluidos de las políticas neoliberales del gobierno de Menen (y luego de la Alianza de De La Rúa) y que son los grandes perjudicados de la apertura indiscriminada de importaciones (que provoca el cierre de miles de fábricas y empresas argentinas).

Se conforman comedores comunitarios, ollas populares, merenderos, copa de leche en las barriadas de las grandes ciudades y Bajo Flores no es la excepción.

Con la participación de grandes cuadros políticos-territoriales como Esteban "Quito" Aragón, Eusebio "Henry" Guanca, Nahuel Beibe, Fanny Mejías, la "Negra", "Pichi" Valencia y otros se empieza a dar forma a un frente barrial que estuvo ubicado primeramente en Agustín de Vedia y luego en la mítica esquina de Agustín de Vedia y Av Cruz. En esa esquina nace Mate Cocido. Un sitio conocido por todo el Bajo Flores. Allí funciona el comedor Mate 1 que dio de comer a muchísimos vecinos a lo largo del tiempo, se desarrollaron (y siguen haciéndose) cursos de capacitación, instancias de formación política, talleres, Plan FINES, etc.

El Frente Barrial 19 de Diciembre tuvo una participación destacada en los piquetes que antecedieron las jornadas del 19 y 20 de diciembre del 2001. Los vecinos y vecinas del FB19D cortaban los accesos la Ciudad de Buenos Aires en señal de protesta ante las medidas de recorte y ajuste del gobierno de Cavallo y De la Rua. 

Años más tarde, en la Presidencia de NK, el FB19D cambia de nombre para llamarme Corriente Nacional Martín Fierro y empieza un proceso de expansión a nivel nacional llegando a tener presencia en varias provincias. Bajo la conducción política de Quito Aragón (quien luego fue Legislador Porteño del Frente para la Victoria) la "Martín Fierro" se convirtió en las primeras décadas del año 2000 en un importante actor social y barrial en las Villas de la Ciudad.

En el portal de la memoria se encuentran muchas fotos de la construcción del Mate Cosido y de la historia del Bajo Flores cedidas gentilmente por la organización Martín Fierro y su referentes Johana Marzana y Henry Guanca

¿Quién no conoce Mate Cosido?

Son miles los vecinos que alguna vez pasaron por la mítica esquina de Agustín de Vedia y Av Cruz y encontraron allí refugio, compromiso, una ayuda alimentaria, un consejo y una forma de entender la vida: la militancia territorial.

El Mate Cosido funciona hace ya más de 20 años en el barrio y fue creciendo y creciendo. Siempre que uno pasa por allí lo puede ver a Henry, a las cocineras, a los pibes y pibas entrando al gimnasio, a otros jóvenes entrando a formarse en algún oficio o simplemente a los y las compañerxs de la Martín Fierro comiéndose un rico asado que más de una vez compartimos con ellos mientras el gallo cacarea entre la huerta del Mate.

¡Gracias Jhoa Marzana por acercar tantas fotos y testimonios valiosos para construir la historia del Bajo Flores!

COMEDOR EVITA VIVE

Arriba se ve puede apreciar la mítica entrada del Comedor y Centro de Trabajo Comunitario Evita Vive de la Manzana 26 del Barrio Ricciardelli. Al costado, su fundador, el gran Aldo Morán. Militante comprometido peronista desde sus primeros años en la provincia de San Juan hasta el último minuto de su vida. Dedicó sus últimos años a forjar un comedor comunitario en el Barrio Ricciardelli que asiste a cientos de personas. Querido por todos, echado de menos por muchos...el legado del querido Aldo continúa gracias a sus hijos (Matías, Facundo, etc) y a las personas que siempre trabajaron con él en el Comedor "Evita Vive".

A la izquierda Aldo Morán (referente del Comedor Evita Vive) junto a vecinos y referentes de organizaciones políticas y sociales del Bajo Flores como Daniel Quiroz de COOPA, Leo Demonty (de Patria Popular), Henry Guanca (Martín Fierro), Nicolás (Octubres), Ale (De La Cámpora), Juan Mauro (de UTE) en una reunión en Madre del Pueblo convocada por el sindicato de Camioneros. Año 2019 aprox. 

A la derecha la nueva entrada del comedor Evita Vive. El mural de la cara de Aldo fue inaugurado por los familiares, amigos y compañeros del Aldo durante un homenaje a pocos meses de su partida. Es de Autoria de "El Fantasma" de Avellaneda.

En una de las fotos se puede ver al ahora Obispo Cannavó pronunciando unas palabras en el homenaje a Aldo en 2024 junto a Carlos Gullo (hijo de Dante Gullo) y en otra a Eva una de las principales colaboradoras del comedor Evita Vive haciendo el repulgue de las empanadas.

Radio F.M Bajo Flores

FM Bajo Flores es una radio comunitaria surgida en el corazón del Barrio Ricciardelli (ex villa 1 11 14). La misma nació a fines de los años 80 y comienzos de los años 90 en un contexto de avanzada del neo-liberalismo y una notoria ausencia de voces de los sectores populares en los medios masivos de comunicación. Fue impulsada por vecinos, referentes, comunicadores populares y al nacer el Bajo Flores pudo contar con voz propia en el espectro radial. Formó parte del movimiento de radios comunitarias y alternativas que lucharon por décadas por el reconocimiento legal del sector de las radios comunitarias. Recién con la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual las radios como la FM Bajo Flores tuvieron un marco normativo de reconocimiento. Además, desde FM Bajo Flores se gestó el libro "Micrófonos para el Pueblo" que fue y es una fuente de inspiración del Archivo de la Memoria del Bajo Flores.-

Niños Felices y sus inicios.

No se puede contar la historia del Bajo Flores sin acudir a la historia de "Niños Felices" como tampoco se puede contar las historia de Niños Felices sin mencionar a Ninosca, a Cinthia, Rosario, Cármen, Alicia o todas las mujeres que se organizaron de manera comunitaria para dar respuesta a la emergencia alimentaria a fines de los años 80 en el contexto de la hiper-inflación del Gobierno de Alfonsín.-

Fue en ese entonces cuando más de 40 mujeres de distintas parte del -hoy- Barrio Ricciardelli empezaron a juntarse, a organizarse para ver de dónde podían conseguir comida para cocinar, agua para hervir la comida, leña para poder cocinar. Si bien este ocurrió hace menos de 40 años atrás la comida la conseguían de comercios y supermercados de la zona de Av Varela (Flores Sur), el agua debían ir a buscarla a una canilla pública que se encontraba en la esquina de Riestra y Bonorino (Barrio Rivadavia II) y la leña la extraían de árboles que se encontraban en la zona que hoy sería la intersección de Bolívar y San Juan en pleno corazón del B° Ricciardelli.

El espacio que hace el 2 de Junio de 1989 (primera gran olla popular para 80 personas) luego se consolidó con el tiempo y se convirtió en un espacio de referencia para temas vinculados a salud, violencia de género, contención social y protagonista de las luchas por el acceso a servicios básicos en nuestro querido barrio.

Cinthia llegó al barrio en 1987. Embarazada se sumó a un grupo de 20 mujeres que se juntaban en la zona de las manzanas 7, 9 y 26 de la ex villa 1 11 14. Se llamaban las Madres de Salud y se abocaban a charlar y realizar charlas vinculadas a la salud de los niños, vacunas, salud sexual y reproductiva.

Con el estallido social de la hiper-inflación el grupo cambia de objetivo y se empieza a abocar a la cuestión alimentaria. Comienzan a realizar ollas populares. El grupo de mujeres comenzó a crecer y cada uno aportaba lo que podía, iban hasta el mercado central en el colectivo "143" y pedían colaboración a negocios de la zona para poder cocinar algo nutritivo. El agua salía de canillas comunitarias del B Rivadavia II, la madera de árboles de la zona de Bonorino (que parecía una jungla) y la luz de los postes de luz de la Av Perito Moreno. El objetivo central era que los niños que se quedaban en la casa todo el día recibieron un plato de comida al mediodía porque, en general, no lo hacían.

Al comienzo el comedor se llamaba "Menari", recuerda Cinthia sobre los primeros días. Luego, "como venían tantos niños a buscar la comida y venían tan felices...le pusimos "Niños Felices".- 

Luego vinieron las cajas "PAN" y la lucha por conseguir que la Municipalidad (en ese entonces) les entregara comida para cocinar. También la pelea para poder contar con acceso a electricidad y agua . Junto a la Sánchez, Bofa, la Hormiguita Viajera y otros espacios comunitarios más se logró cortar la Av Perito Moreno varias veces para pedir por la regularización de los servicios (que extendieran el tendido eléctrico y la red de agua). Una vez se llegó a cortar la Av Perito Moreno día y noche durante 22 días. Así se logró que extendieran la red de agua potable. En vez de tener que ir a buscar a las canillas del B Rivadavia II pusieron una canilla cada 20 casas de la Villa.

También desde Niños Felices forjaron un hermoso y fuerte vínculo con el Padre Ernesto Narcisi. Si bien al principio hubo algún chispazo entre Ernesto y Ninosca ese vínculo rápidamente se recompuso y lograron armar un hermoso vínculo de amistad y de colaboración.

Palabras extraídas de una entrevista hecha a la actual referente del comedor Niños Felices, Cinthia en Agosto del 2025.- 

Cuando Ernesto Narcisi falleción, Cinthia señaló que la delegada de Manzana del Ricciardelli  "Tina" le había escrito una canción que podrán ver en el video a su derecha.

Video por el 25 aniversario de Niños Felices

Bomberos voluntarios de Bajo Flores

El cuartel de bomberos voluntarios del barrio Ricciardelli surge a pedido del Papa Francisco en el año 2017. Empezó en Madre del Pueblo, con el apoyo del padre Juan Isasmendi.

Actualmente, el cuartel trabaja las 24hs del día, contando con una guardia permanente y en su totalidad voluntaria, es decir que quienes participan del cuartel no cuentan con ningún tipo de remuneración. Actualmente, son sede argentina de la Organización Bomberos del Mundo (cuya central está en Colombia) y dictan cursos de capacitación a bomberos de todo el país.

El cuartel trabaja bajo el lema: Dios, disciplina y cultura. En este sentido, éste cuartel no solo cumple las funciones tradicionales de un cuartel de bomberos. El cuartel se encarga de atender emergencias como incendios, inundaciones y rescates, como otros tipos de accidentes que suceden en el barrio más relacionados a accidentes a raíz de violencia como heridos de bala; pero más allá de esta particularidad, también de proteger a la comunidad desde una manera más integral.

En este sentido, el cuartel realiza diversas acciones culturales y sociales con la comunidad, con el fin de integrar personas del barrio que se encuentren en alguna situación de vulnerabilidad social.

Los bomberos voluntarios del Bajo Flores cuentan con trabajo en conjunto con organizaciones del barrio y con la Iglesia, que en conjunto realizan diversas tareas sociales, culturales, alimentarias, de identidad y sanitarias en el barrio. Durante la pandemia, por ejemplo, han brindado asistencia alimentaria a 7.000 personas por día.

Además, este cuartel incorpora personas que atravesaron situaciones de consumo problemático, o situación de calle, y se los acompaña en sus trayectorias educativas, ya sean primaria, secundaria o terciario, y se les brinda formación como bomberos e instructores.

En resumen, es mucho más que un cuartel de bomberos: es un lugar de transformación de vidas desde la fe, el trabajo comunitario y el amor al prójimo.

an abstract photo of a curved building with a blue sky in the background

ORQUESTA Y ÓPERA VILLERA (Centro Artístico Solidario Argentino)

Videos

C.A.S.A

La Orquesta y Ópera Villera  del Bajo Flores surge como consecuencia del Proyecto C.A.S.A (Centro Artístico Solidario Argentino). Se trata del trabajo mancomunado entre alumnos y alumnas de nuestro barrio y un grupo de músicos profesionales que enseña música (instrumental y canto) en las instalaciones de la Iglesia Madre del Pueblo.

El proyecto toma forma en el año 2010 en el que este grupo de profesores comienzan a dar clases gratuitas de música a niños niñas y adolescentes en el Sur d la Ciudad (principalmente Soldati y Bajo Flores). 

Todos los años de marzo a diciembre se lleva adelante el programa de formación orquestal que incluye préstamo de instrumento y entrega de materiales. La formación se complementa con salidas didácticas, encuentros, conciertos, giras, campamentos musicales y vinculación con espacios de formación profesional como universidades, conservatorios nacionales y el Instituto Superior de Arte del Teatro Colón. Para fin de año se organiza el famoso:  Festival de Ópera Villera y la Semana de las Orquestas-Escuela. En las que los alumnos hacen una gran muestra de todo lo aprendido durante el año.

De esta manera muchos jóvenes de nuestro barrio tienen la posibilidad de acercase a la música y que la música se acerque a ellos, los inspire y puedan volcar toda la vocación y talento que existe en nuestro barrio y quién te dice tengamos al próximo tenor o barítono del Teatro Colón.

La frase de la filosofía en la que se inspira el proyecto C.A.S.A es que:

«Al brindar oportunidades de educación artística en los barrios, se achica un poco más la brecha de la desigualdad y se da lugar a nuevos proyectos de vida»

En esta foto se la puede ver a Mailen Ubiedo Myskow (directora de C.A.S.A Bajo Flores y el -ahora- Arzobispo de La Plata (ex párroco de MDP) en los primeros años de este hermoso proyecto

Orquesta Infantil - Escuela 12 del Barrio Rivadavia

Adriana Weschler coordinó durante muchos años la Orquesta del Bajo Flores que funciona en la Escuela 12 del Distrito Escolar 19 en el marco del Programa de Orquestas Infantiles y Juveniles del Ministerio de Educación del Gobierno de la Ciudad. La Orquesta se encuentra dirigida en la actualidad por Oscar Roca quien gentilmente le envió al Archivo de la Memoria del Bajo Flores unas hermosas fotos y videos de la tarea que realizan en la Escuela del Barrio Rivadavia. Adriana cuenta que la Orquesta es un espacio en el que se construye música de manera colectiva, donde se aprenden valores y modelos de vida; menciona que a partir de todos los años de trabajo tejieron una enorme red: de vínculos, de afectos, con alumnos y alumnas y sus familias, espacios y referentes del barrio. Todo esto habilita redes de contención y ayuda entre diferentes espacios comunitarios del barrio.

La orquesta es un organismo sinfónico que cuenta con instrumentos variados. La sede de Flores (Barrio Rivadavia) cumplió 20 años en octubre de 2025; el objetivo era y es, acercar este bien cultural y educativo a los espacios en los que es difícil el acceso al estudio de algún instrumento y de esta determinada manera, es decir, colectiva.

Adriana relata: “Tuve el placer hace unos días de estar en este cumpleaños número 20 y ver el crecimiento enorme que tiene la orquesta, tanto en número de participantes - había más de 95 chicos y chicas sentados en la orquesta - pero fundamentalmente el crecimiento en términos del repertorio que ejecutaba, las dificultades técnicas que fueron abordando.

Adriana menciona que cuando un alumno o alumna llega a una orquesta es un mundo que se abre, ya que les muestran todos los instrumentos que tiene la orquesta, los de madera: flauta, clarinete; los de viento: trombón, corno, trompeta; los de cuerdas: violín, viola, violonchelo, contrabajo; los de percusión. Luego les dan a elegir qué instrumento quieren estudiar. Dice que esta elección se debe trabajar arduamente, para que puedan avanzar en el aprendizaje con un instrumento que realmente deseen y con el que se sientan identificados. Ese proceso de elección es acompañado por los y las profesoras que durante la semana estudian junto a los alumnos y alumnas; luego el sábado vuelven a practicar con el instrumento propiamente dicho y se ubican en la orquesta, además cuentan con un espacio de lenguaje musical.

En su narración Adriana menciona que sigue, después de tantos años, maravillándose por cómo funciona el aprendizaje, ya que muchos chicos y chicas que no podían leer ni escribir estando en 4° o 5° grado se sientan a leer una partitura; expresa que no es fácil estudiar música, interpretar, tocar muchas veces lo mismo e igual disfrutarlo, pero esto se construye mediante la forma de vincularse que tienen los docentes para con los alumnos y alumnas, incluso los alumnos y alumnas entre sí entre las distintas filas - las filas son cada uno de los instrumentos que se podrían tocar -, lo que va generando un aumento en la confianza e interés.

En su historia, relata algunas historias de vida en las que algunos alumnos y alumnas abrazaron la profesión y hoy día dan clases; cuenta que un alumno en particular viajó con el Programa a Europa en el marco de un intercambio, algo que podría considerarse disruptivo para alguien que vive en el barrio.

El capítulo de las familias, como lo llama Adriana, es enorme: sin ellas no se podría haber logrado el cometido de la Orquesta; a través de su apoyo, el compromiso de llevar y acompañar a los chicos y chicas a conciertos, en la escuela o fuera de ella, en el barrio o fuera de él, acompañar el proceso de aprendizaje y la trayectoria de cada uno de sus hijos e hijas. Algo de mucha relevancia en este caso es que cuando los chicos y chicas ya pueden tocar el instrumento, para poder continuar practicando en sus casas desde la Orquesta se los entregan en comodato, lo que implica un compromiso en el cuidado por parte de toda la familia.

En el caso de profesores y profesoras relata que algunos de ellos están hace 20 años en la sede, lo que da cuenta de la importancia de su trabajo. Lo que ella rescata son los momentos agradables, a pesar de los complicados y tristes que haya podido haber; refiere que es una sede que alberga mucha familia de distintas partes de Latinoamérica y de otros lugares de nuestra patria.

Adriana identifica como uno de los momentos más maravillosos en todo este proceso de enseñar y aprender en el que levantan la mirada cuando logran la ejecución y sienten el aplauso de su público.

Trabajaron con muchas instituciones del Distrito 19 una de las cuestiones más interesantes es el trabajo comunitario, de integración en el barrio pero otorgándole al barrio la pertenencia de la orquesta, como en el caso que Adriana relata de “ver pasar un sábado temprano a un chico por los pasillos del barrio con un violonchelo, un instrumento de un tamaño importante o un contrabajo es hasta de curiosidad y ni hablar cuando se escucha en los pasillos un instrumento con una sonoridad muy diferente a lo que puede ser escuchar los instrumentos más conocidos

Adriana cuenta que siente gran alegría por el hecho de que la Orquesta tenga un espacio dentro de todos los espacios comunitarios e instituciones que trabajan en el barrio; por la posibilidad de promover derechos, a la cultura, a la educación y al arte en espacios tan abandonados por el Estado.

Muchas gracias Adriana Weshler, Oscar Roca y Javier Mariani por toda la información, fotos y videos de este orgullo del Bajo Flores.

Merendero Construyendo Sueños (Barrio Rivadadavia)

El merendero "Construyendo Sueños" nace como un desprendimiento de otro comedor/merendero que esta ubicado en el Barrio Ricciardelli. Constituido casi íntegramente por mujeres y ubicado en el Barrio Rivadavia - Casa 512 elaboran entre 80 y 100 raciones de merienda para los vecinos y vecinas de la zona. Tuvo su inauguración (las fotos son de aquella inauguración) el 28 de Mayo del 2024. Su referente Mirlin Soto nos proporcionó estas hermosas placas de aquella jornada.

Club Bajo Flores

El Club Bajo Flores nació el 4 de abril del 2009 pero ya había nacido antes, cuando en febrero de ese mismo año vecinos y vecinas recuperaron una cancha y limpiaron el espacio en el que empezaron a soñar algo propio, para el barrio.

Hoy el Club Social y Deportivo Bajo Flores tiene futbol infantil, juvenil y femenino con una perspectiva de deporte social y comunitario para poder estar atento a distintos problemas. Se espera que el deporte bajo esta mirada sea una iniciativa que el barrio no tuvo previamente.

Durante todos estos años el Club trabajó junto a otras instituciones: orquestas, clubes y cuenta con una gran participación en la Fogata de San Juan que se realiza todos los años.

Como recalca Chirola, presidente del Club: tenemos mucha fortaleza, porque creemos que es importante lo que venimos haciendo, sin el apoyo de la familia, sin el apoyo de los chicos, de las chicas, de toda la comunidad, no podemos seguir sosteniendo este club, que además se sostiene con cada entrenador, con cada referente, con cada mamá, con cada papá, en el día a día, porque nos organizamos en festivales, en rifas, para poder seguir sosteniendo todo el trabajo que se brinda."

Desde el Club también se han ido sumando distintos proyectos que involucran a talleres de orientación para prevención del consumo problemático, se armó una liga de derechos, una liga social comunitaria para el barrio en la que participan distintas escuelas de fútbol que no tienen la posibilidad de estar en una liga de la Ciudad.

"Hoy en día nos pone muy feliz ver a cada chico que va a un torneo a competir, vistiendo su camiseta, vistiendo un color, vistiendo la pasión y sobre todo que puedan decir con el tiempo, yo jugué en el Club Bajo Flores", sostiene Chirola, quien también remarca en que creen en lo que están haciendo como Club que sigue aprendiendo, fortaleciéndose y aportando al barrio.